Segundo Encuentro Nacional de JUVOMICA en UPS de Quito (Ecuador) del 4 al 8 de agosto de 2010

jueves, 6 de mayo de 2010

LA PASTORAL JUVENIL Y LAS CULTURAS JUVENILES


Padre Juan Bottasso, sdb
Situación

Es indispensable hablar de “culturas”, más que de cultura juvenil, porque, a pesar de la globalización, existen diferencias notables, por razones geográficas, económicas, sociales, religiosas…. Pero los paradigmas que inspiran las tendencias son casi los mismos.

La generación juvenil actual es, con mucho, la más escolarizada de la historia. La mayoría de los jóvenes tienen una instrucción muy superior a la de sus familias, lo cual añade una dificultad más al ya problemático diálogo inter-generacional.

Es siempre mayor el número de jóvenes que vienen de familias desestructuradas. Esto compromete su equilibrio emotivo y sicológico y dificulta una serena inserción en la sociedad.

El sistema escolar vigente tiene pocas propuestas formativas y deja a los jóvenes amplios espacios de tiempo libre. La industria del entretenimiento viene al encuentro de este vacío con ofertas pocas veces formativas: al contrario, estas fomentan el consumismo y exaltan el hedonismo.

La cultura actual, basada en la competencia, exaspera al individualismo. Los modelos que se ofrecen a la juventud no encarnan valores permanentes, sino efímeros, creados por la industria del consumo.

A diferencia de la generación de los años 70 y 80, la actual, muestra un total desinterés, y hasta aversión, hacia la política. Este rechazo se extiende a lo que son las autoridades, las normas, las estructuras, incluyendo las eclesiásticas, vistas como burocráticas e impositivas.

Para los jóvenes las tradiciones tienen un peso insignificante y la planificación del futuro se ve condicionada por la perspectiva del desempleo, una vez acabados los estudios. Esto crea una mentalidad centrada en el presente y carente de proyectos.

En el campo de la sexualidad es evidente una gran libertad y la tendencia a banalizar las relaciones, rehuyendo de compromisos estables.

Con todo, no se puede afirmar que la juventud actual carezca de valores. Basta mencionar la generosidad, la sensibilidad por los problemas del ambiente, el rechazo de la hipocresía y del racismo.

Más allá de las apariencias, muchos jóvenes se plantean el problema del sentido de la vida y buscan respuestas a las grandes interrogantes de la existencia. Lo que falta son maestros capaces de ayudarlos para encontrar respuestas.

Propuesta

La pastoral juvenil debe partir de los valores que se encuentran en los jóvenes. Sin descuidar la masa, es imprescindible cultivar pequeños grupos, con una fuerte espiritualidad.

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