Segundo Encuentro Nacional de JUVOMICA en UPS de Quito (Ecuador) del 4 al 8 de agosto de 2010

jueves, 6 de mayo de 2010

ESTRUCTURA EDUCATIVA QUE VIVEN LOS JÓVENES


Matilde Teresa Valarezo Aguirre
Responsable Nacional de la Pastoral Infantil
y Juventud Marista del Ecuador

La educación es una de las preocupaciones más incisivas del mundo actual no solamente porque afecta el desarrollo de la persona, tanto individual como socialmente, sino también porque en el ámbito del mundo globalizado el debilitamiento por el “bienestar social” ha afectado gravemente al deterioro de la misma.

Nunca en la historia hemos tenido tanta producción de conocimientos y aplicación tecnológica como las tenemos hoy pero, infelizmente, esta se encuentra sostenida y sometida al implacable mando del mercado y como tal, a servicio de un reducido grupo de personas inescrupulosas, que no dudan en utilizar este conocimiento y la tecnología para destruir la naturaleza e incluso al propio ser humano, con tal de objetivizar unos mezquinos intereses particulares.

La dictadura del capital es tan intensa y extensa en este momento histórico que funcionalizó totalmente los espacios de producción del conocimiento, a sus intereses, de tal manera que casi toda la infraestructura humana, institucional y técnica se encuentra al servicio del mundo privado.

Dentro de este escenario, se desarrollan, viven, y se forman nuestros jóvenes de América Latina y el Caribe, en estos espacios, con estas opciones, posibilidades y dificultades. Dentro de este gran entramado que llamamos sociedad, los y las jóvenes se encuentran a diario con las estructuras que los y las van formando, que los guían a perfilar su identidad, sus conocimientos, su profesionalismo, sus opciones personales y vocacionales, para orientar su vida, etc.

La estructura educativa tiene su razón de ser en la medida que los y las jóvenes se apropian de la realidad concreta en la que se desarrollan, y aportan caminos de interacción cultural, que permitan la constitución de nuevos espacios de acción frente a los cuales, ésta es modelo de interpelación y de solución del contexto social al que se adscribe.

A continuación en el campo juvenil y el ambiente educativo, planteo algunos elementos de importancia que están presentes en el acontecer diario de los y las jóvenes de América Latina y el Caribe, fruto de investigaciones que realizamos en el ámbito de culturas juveniles, la congregación Marista.

Los y las jóvenes ven a la escuela como:

Lugar normalizador.- La normatividad puede convertirse peligrosamente en instrumento de opresión dentro de los ámbitos de la escuela. Parecería que lo disonante no se permite, aunque esta realidad no es tanto un camino de formación, sino que parece responder a un mecanismo de protección de la misma institución para evitar la trasgresión que debilite peligrosamente las comprensiones adultas frente a las cuales fue concebida.
Una ilusión y una obligación.- Desde la perspectiva de algunos y algunas jóvenes la escuela no responde a las preguntas que inquietan y en muchos casos a su realidad; es en cambio, un lugar donde el discurso del maestro parecería surgir de la nada y donde no hay preguntas que responder sino aquellas que posibilitan los libros: “La escuela no enseña nada de lo que es más importante, ellos creen que seguir el libro es una labor muy completa y no se dan cuenta de que estamos llenos de dudas y no las podemos hacer porque no nos lo permiten” (Joven de 15 años de edad).
Lugar de socialización y escape.- Los y las jóvenes dicen que: es el territorio donde se consiguen amigos o novios y se pasan momentos agradables, se pueden enterar de todos los chismes, organizar las fiestas y salidas para los fines de semana, estoy con gente de mi misma edad, a veces la escuela me ayuda a olvidarme de lo que vivo en casa, es fresca…
Escenario de prácticas discriminatorias.- La escuela es vista y tiene sentido para el mundo adulto desde la configuración de una gama de intereses que se fraguan desde la experiencia de los que buscan construir un futuro para las nuevas generaciones. No es extraño, entonces, que en las instituciones educativas se busque minimizar algunas prácticas culturales propias de los y las jóvenes y las debiliten en la construcción de sus proyectos de vida: “los proyectos de vida y sociedad que se les proponen a los y las jóvenes son poco creíbles, ellos por su parte construyen formas y estilos de vida que no cuentan con la aprobación de sus familias ni de sus profesores y directivos” (Muñoz, G. 1999)

La académica, única forma de conocimiento.- Tradicionalmente en la escuela lo fundamental es el conocimiento. La razón de ser del educador está en su capacidad de trasmitir un conjunto de pensamientos que conforman un determinado campo del saber. Los y las jóvenes dicen: “Cómo voy a pasar a decir esa poesía si no me puedo concentrar. Aquí se organizan las cosas como sí sólo existiera la institución, las materias y los profesores, pero los problemas de la casa o fuera de la escuela no se tienen en cuenta, esos no tienen ningún valor. No toman en cuenta nuestros sentimientos, sólo se tiene que entregar los trabajos a tiempo, que en previas repitamos lo que dice el profesor o el libro o una poesía…” (Milton V, joven de 16 años de edad).

Empleo de la violencia y autoritarismo.- El poder es ante todo un juego de autoridad que se ha degradado en la práctica educativa como autoritarismo. Aún se manejan relaciones piramidales y jerárquicas. Desde esta perspectiva se entiende que el maestro está más arriba que el estudiante. El docente como adulto y poseedor del conocimiento tiene toda la autoridad y, por ende, todo el poder sobre los y las estudiantes. Las relaciones educativas y pedagógicas son relaciones sociales que entrañan el poder. Muchas veces el cuerpo docente se autocalifica o autodetermina como una asociación de funcionarios que amparan su postura con los preceptos de racionalidad, objetividad y eficiencia, determinados sobre los principios legales.

Y así como estos elementos existen muchísimos más que podríamos desglosar con gran amplitud, desde el plano organizativo, político, económico, socio – cultural, ideológico, tecnológico, etc.

Quería terminar recordando que para nosotros cristianos católicos la educación tiene una importancia relevante en nuestras opciones como Iglesia y sociedad. Concebimos e impulsamos una educación holística sistémica y por procesos, que se cristaliza y toma fuerza desde las enseñanzas prácticas de la experiencia diaria de nuestros centros y las luces que hemos podido avizorar desde los documentos de la Iglesia.

Quienes de nosotros no recordamos y ponemos en práctica las enseñanzas compartidas de Medellín y Puebla que nos hablaban fuertemente de una educación liberadora (humanizante, personalizante, pluralista, dialogal, conscientizadora, y anticipadora); que nos ayudarían a fortalecer la educación evangelizadora que desea humanizar y personalizar, integrar el proceso cultural, despertar la función crítica, educar al joven abierto a la sociedad.

Así mismo como prescindir de lo que Aparecida nos insiste, la escuela católica tiene el papel fundamental de:
  • Educar para la justicia
  • Educar para la libertad
  • Educar para la solidaridad
Como negar que nuestra práctica educativa hoy necesita ir direccionando de mejor forma sus objetivos concretos, sentir que juntos podemos dejar de pensar que lo más importante del acto pedagógico es el discurso que se prepara, donde el conocimiento está encima del pensar y el conocimiento por encima del conocer; donde es importante descartar de nuestra vida que el memorizar y repetir están concentradas las formas de enseñar; que la educación es dogmática, que los conocimientos son imperecederos y que el profesor es quien construye el conocimiento.

Se nos abre un abanico inmenso de posibilidades de educación y evangelización formal y no formal. Es importante que como pastoral juvenil hagamos un aporte significativo en las estructuras que hemos creado en la sociedad y en la Iglesia para los niños y jóvenes con quienes trabajamos, necesitamos apoyarnos entre todos para poder hacer realidad la Civilización del Amor, desde el primer paso: ESCUCHAR A los jóvenes sus gritos y sus necesidades, para lograr acompañar y formarlos desde su realidad.

No podemos dejar el tema sin plantear algunos interrogantes que nos van a ayudar a enriquecer esta temática de actualidad…

¿Qué elementos concretos en el aspecto educativo han perfilado el ser y el que hacer de los y las jóvenes que están integrando la Pastoral Juvenil de tu país?

  • ¿Es posible la educación intercultural? ¿En qué consiste?
  • ¿Cómo la Pastoral Juvenil desde sus objetivos ayuda al crecimiento holístico, sistémico y en procesos de los y las jóvenes de nuestros países?
  • ¿Qué aspectos interesantes y útiles para la vida ofrece nuestras instituciones educativas en nuestros países a los y las jóvenes?

No hay comentarios:

Publicar un comentario