Segundo Encuentro Nacional de JUVOMICA en UPS de Quito (Ecuador) del 4 al 8 de agosto de 2010

lunes, 26 de abril de 2010

SER Y HACER DE LOS JÓVENES


Los contextos y las estructuras sociales de América Latina y el Caribe que influyen en el ser y hacer de los jóvenes


DEFINICIONES Y ENFOQUES SOBRE JUVENTUDES
Jessica Villacrés Baldeón
Especialista en Políticas Públicas, Planes y Programas

¿Quiénes son los jóvenes y las jóvenes?

A lo largo de la historia, la sociedad en su afán de mantener un orden ha ubicado a las personas en diferentes espacios según la definición que le da a cada uno, por ejemplo coloca a la gente blanca como superior y a los afrodescendientes e indígenas como inferiores. A la juventud la ha definido de varias formas, indicando que es una etapa de transición para llegar a ser adultos, un proceso de paso caracterizado por la inmadurez, irresponsabilidad, la falta de criterio, el cambio de genio, la pérdida de valores, el irrespeto a los mayores; estas premisas han hecho que se mire a los jóvenes sin importancia, que no se invierta en ellos y en ellas, que se piense en el control, la orientación y la violencia como métodos de disciplina.

La juventud no se puede definir solo tomando los aspectos biológicos o sicológicos ya que depende del contexto local y de las situaciones que se viven en dicho contexto, no hay una definición de juventud única, ya que esto implicaría generalizar y poner en un solo saco a todos/as las/os jóvenes, lo cual es injusto porque se cae en la homogenización, al pensar que son iguales, de la misma forma se estereotipa a este sector, asegurando que todo lo que a ellos se refiere es malo. “Todo aquello que caiga en el homogenización o en el estereotipo carece de valor científico y ético”[1].

Históricamente han existido algunas corrientes teóricas, que pretenden atribuirse una definición de juventud con tres características comunes:
Homogenizantes, se piensa que existe un solo tipo de joven (hombre, mestizo, urbano, soltero, clase media, que vive con sus padres/madres, que estudia, sin ninguna discapacidad) y se invisibiliza la diversidad de jóvenes existentes.
Estigmatizantes, se hacen prejuicios negativos y se desvalorizan las expresiones juveniles como la ropa que usan, la música que escuchan, el lenguaje que utilizan, etc. diciendo que todo es malo y que los tiempos pasados fueron mejores.
Adultocéntricos, plantean al adulto como punto de partida y de llegada, dando validez solamente a lo que dicen y piensan los adultos que dirigen a los/as jóvenes según sus experiencias y creencias personales sin tomar en cuenta sus necesidades y opiniones.

Las corrientes teóricas más relevantes son: desarrollo psicobiológico, momento clave para la integración social, Dato socio demográfico, jóvenes como agentes de cambio, jóvenes como problema de desarrollo, generaciones.

La construcción social de la juventud

La construcción social de la juventud constituye el nuevo enfoque para trabajar con, por, para, y desde los/as jóvenes; es decir, es otra forma de mirar a las juventudes sin perderlas de vista como protagonistas de su historia.

Esta teoría explicita que las juventudes se construyen y se re construyen; sin encontrar discursos neutros sobre el ser joven, cada sociedad define a la juventud a partir de sus propios parámetros culturales, sociales, políticos y económicos. Desde esta perspectiva encontramos aportes de la antropología y de la sociología, resaltando dos dimensiones particulares del tema:

Las identidades juveniles: rasgos de pertenencia que delimitan quiénes son y quienes no son jóvenes, como resultado de un proceso de construcción socio cultural de lo que dice la sociedad y lo que opinan ellos mismos.
Las culturas juveniles: definidas como formas diversas de expresión juvenil.

Cada sociedad define a la juventud a partir de sus propios parámetros culturales, sociales, políticos y económicos, por lo que no hay una definición única de juventud. La juventud no es un periodo de tiempo con características estáticas, sino que está en permanente construcción y reconstrucción, por lo tanto las tradicionales formas de mirar a la juventud se pueden transformar.

Es necesario entonces partir de las realidades, necesidades y expresiones juveniles de cada tiempo, mirando a los/las jóvenes como actores estratégicos de su desarrollo y sujetos de derechos, así como personas completas que pueden transformar su vida y contribuir en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Preguntémonos personal y comunitariamente: ¿Qué discursos que se han manejado hasta ahora se deben deconstruir y cuáles se deben construir?

REALIDAD JUVENIL EN AMÉRICA LATINA

“No hay análisis social que pueda prescindir de los individuos, ni análisis de los individuos que pueda ignorar los espacios por donde ellos transitan” (Augé, ibid).

Normalmente cuando se habla de la realidad juvenil, se lo hace de forma superficial, como si fuese un agregado obligatorio que carece de valor y sin una vinculación real a los procesos de la pastoral juvenil.
Es necesario entonces, empezar este documento exponiendo algunas evidencias sobre la importancia de conocer, analizar y tener como eje de acción la realidad juvenil:

Permite identificar y reconocer a los diferentes actores de la realidad, sus roles, interrelaciones, alianzas, dinámica social, recursos e implicaciones en la situación juvenil.
Proporciona elementos para el análisis de problemas que enfrenta el sector de la juventud en comparación con otros sectores de la población.
Orienta las decisiones sobre la planificación, diseño, ejecución y evaluación de planes, programas y proyectos para las juventudes, evitando la improvisación.
Facilita la evaluación sobre el respeto, vigencia y ejercicio de los derechos humanos que permiten al sector de la juventud alcanzar un desarrollo que se evidencia en “la satisfacción de las necesidades, la igualdad de oportunidades y el estímulo del ejercicio” de sus capacidades[2]

Al presentar la realidad, se lo hace a través de la visualización de cifras y datos estadísticos que son recopilados por medio de varios mecanismos; siendo importante aprender a leer estos datos desde un enfoque adecuado que tenga como centro a los/as jóvenes y sus particularidades, el mundo en que se desenvuelven; sus formas de ser y de estar en el mundo.

Es importante señalar que en los datos de este documento están basados en los últimos estudios realizados en América Latina por organismos especializados como la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)

Participación Política

Hablar de Participación Política en el caso de los/as jóvenes implica analizar varias aristas; no se pueden lanzar comentarios al aire como: “los/as jóvenes son apáticos a la política”, sin antes haber hecho un estudio de las razones que han llevado a una supuesta apatía; o, definir si mas bien la participación juvenil se ha transformado y tiene nuevas expresiones.

En este sentido es importante entonces considerar la participación política en el marco de los derechos y la normativa vigente, la posición de los estados frente a la juventud, y la situación actual frente a la participación.

En primera instancia la participación política es un derecho que forma parte de la generación de derechos de la libertad, la cual está visibilizada claramente en la Convención Iberoamericana de la Juventud, normativa vigente en América Latina, que señala “Los Estados Parte se comprometen a impulsar y fortalecer proceso sociales que generen formas y garantías que hagan efectiva la participación de jóvenes de todos los sectores de la sociedad, en organizaciones que alienten su inclusión”.[3]

Teniendo como referencia la normativa respecto al derecho a la participación, es necesario evidenciar que para los Estados los/as jóvenes han sido considerados como sujetos emergentes, que aparecen solo en determinados momentos históricos; sin constituir sujetos de derechos, ciudadanos y actores del desarrollo de las sociedades.

Al hablar de los/as jóvenes y su relación con la política y específicamente con sus prácticas políticas, hemos de empezar por reconocer la crisis generalizada en la participación política y en la vida de los partidos políticos en las sociedades latinoamericanas. Caída de presidentes, períodos extensos de corrupción, enfrentamientos entre la sociedad civil, pérdida de legitimidad y legalidad, son entre otros, el glosario de desaciertos políticos en la actualidad.

La fragmentación social ha llevado a que se trate como siendo minorías a quienes constituyen grandes mayorías, entre ellos los/as jóvenes, de ahí que el Estado no pueda vincularlos en el desarrollo de planes y programas que atiendan sus demandas.

Este primer escenario rompe con el estereotipo que atribuye el problema de la política actual al desinterés de los adolescentes y de los jóvenes, a su conducta o actitud frente a la realidad, ya que no existen las condiciones para una participación política real de la juventud.

La disminución de la participación juvenil en los partidos, movimientos políticos y en la búsqueda de la representatividad política, visualiza el rechazo de las estructuras en el terreno de lo político, evidenciando la búsqueda de los/as jóvenes de nuevos canales y códigos de pensamiento y acción en este espacio; de ahí que se debería hablar de un distanciamiento de las formas tradicionales de hacer política más que de un desinterés por lo público.

La participación política de los/as jóvenes en América Latina es menos institucionalizada. Debido a la poca credibilidad en los políticos como representantes de la ciudadanía, se opta por una participación directa, desconcentrada, descentralizada, que se hace efectiva en los territorios, a través de la vinculación y trabajo en redes.

“Otro tipo de participación que crece día a día es la del voluntariado juvenil, que incluye acciones y formas de asociación; en donde se construye la confianza colectiva, los puentes intergeneracionales, un mayor reconocimiento simbólico, y una participación más clara en el bienestar colectivo”[4]

¿Qué es el Estado para los/as jóvenes?
¿Qué sitio guardan los/as jóvenes para el Estado?

Desempleo

El modelo socio económico que se vive en América Latina ha contribuido a que la sociedad mire a l@s jóvenes como mano de obra barata e inexperta, obligándolos a tener trabajos informales, inestables, inseguros y mal remunerados.

Los estudios sobre empleo, se hacen teniendo presente a la población económicamente activa (PEA); es necesario saber que en la PEA están consideradas las personas que están en edad de trabajar (desde los 12 años), que trabajan, y que no trabajan, pero tenían trabajo o estaban en disponibilidad de hacerlo, se excluyen a las personas que se dedican a los quehaceres domésticos, y a quienes solo estudian y no trabajan, es decir que muchos jóvenes ni siquiera están considerados dentro de la PEA.

La dependencia de l@s jóvenes en sus familias, la rotación en distintos empleos, la demanda del mercado que pide a l@s jóvenes que tengan experiencia y alto nivel educativo, han generado desempleo y subempleo en el sector de juventudes.

Pese a que la generación actual tiene mas escolaridad, los niveles de desempleo son mayores, con menos remuneraciones, y menos acceso a seguridad social. Según los datos de la Organización Iberoamericana de la Juventud (Chillan, 2004) el desempleo de los jóvenes es cinco veces mayor al de los adultos mayores de 45 años. De acuerdo al estimado, de cada 100 nuevos contratos laborales que aparecen en la región, 93 son para adultos y solo siete para jóvenes, estos últimos además en su mayoría de tiempo parcial.

El desempleo en l@s jóvenes tiene consecuencias culturales, sociales, económicas y personales directamente relacionadas con la baja autoestima que experimentan a quedarse sin trabajo.

Es indispensable que el Estado garantice trabajos dignos, seguros, estables y bien remunerados para l@s jóvenes, que son actores estratégicos del desarrollo de los países.

¿Cuáles son los empleos tienen los/as jóvenes?

¿Cuántos de los/as jóvenes empleados tienen contrato de trabajo y seguro social?

¿Cuál es el promedio de sueldo de los/as jóvenes?

¿Qué consecuencias trae consigo el desempleo en los/as jóvenes?

Violencia

El problema de la violencia en los/as jóvenes tiene estrecha relación con la mortalidad juvenil; se estima que de cada 100 fallecimientos de varones jóvenes, 77 son atribuibles a causas violentas. En las mujeres son 38 de cada 100 (CEPAL, 2004)

“La participación de jóvenes en hechos de violencia está relacionada con el contexto global de desigualdades que se generan en las grandes ciudades y capitales latinoamericanas. Así, la segregación urbana deteriora la calidad de la vida comunitaria, y altera los patrones locales de asociatividad.

Todo lo anterior ha dado origen a nuevas formas de violencia urbana y de organizaciones que ejercen violencia para apropiarse de territorios urbano-marginales, controlar redes o nichos de narcotráfico y otras formas de crimen transnacional organizado, así como para enfrentar por vía violenta la violencia de otros.

El problema de la violencia juvenil requiere un “giro copernicano”, que reconozca a la juventud como actor y sujeto de derechos, que facilite su acceso a activos que le permitan ganar autonomía, abriendo espacios de autoafirmación juvenil en el ámbito público y político. “A mayor inclusión y ciudadanía, menor violencia, tal sería el supuesto y el desafío.”[5]

¿Cuál es la diferencia en el tipo de violencia que viven los hombres y el que viven las mujeres?

¿Cuáles son las causas de la violencia en los/as jóvenes?

Políticas Públicas

Las Políticas Públicas son las acciones que realiza el Estado en beneficio de todas las personas, tomando en cuenta las necesidades que tienen, o los problemas que enfrenta la población.

Las Políticas Públicas tienen un ciclo; una de las etapas del mismo corresponde a la formulación, la cual estuvo durante varios años en manos exclusivas del Estado, ahora se ha visto conveniente que la sociedad también se integre en la primera fase y que mantenga su rol como veedores del cumplimiento de las mismas.

De aquí la importancia de conocer las políticas públicas: dimensiones, fases, tipos y avances en la región, tema que sin duda se debe abordar en un segundo momento de manera más amplia.

En este primer artículo animamos a los/as jóvenes a responder las siguiente preguntas que servirán como marco para conocer más respecto de esta temática.

¿En tu país, hay planes, programas que contemplan tus necesidades como ciudadano?

¿El Estado te tiene en cuenta a la hora de pensar políticas públicas? ¿De qué manera?

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