ANIMACIÓN DE LA VOCACIÓN MISIONERA DE LOS JÓVENES
COMPROMISOS
Experiencia personal
- Redescubrimiento y vivencia de nuestra dimensión bautismal, para vivir auténticamente como discípulos-misioneros, valorando el significado de los sacramentos, viviendo la experiencia de la oración y manifestando todo con del testimonio de vida.
- Nuestra acción pastoral debe partir de la experiencia profunda de la relación con Dios vivo y de fe en Jesús, que nos dice “ven y sígueme” para continuar su misión.
- Escuchar a Dios que nos llama, desde la oración y la realidad concreta, saliendo de nosotros mismos para encontramos con le otro.
- Ser Jesús vivo entre los jóvenes, para llegar verdaderos canales entre el joven y su encuentro con Dios, ser apoyo real, sin miedo a ser juzgados…
- Arriesgarnos, ser más valientes y tener más confianza en Dios que nos llama y confía en nosotros. Dejarlo todo, dejar los miedos, actuar ahora… Desprendimiento de las cosas materiales, vida cómoda, el qué dirán y la seguridad
- Equilibrar entre el tiempo que damos, en la vida diaria, a nuestras cosas y a las cosas de Dios (la fe sin obras no es fe).
- Ser testimonio y coherencia de vida entre lo que decimos y hacemos (practicar lo que se predica).
- Seguir a Jesús en la comunidad, en grupo, en conjunto…
Relación con los jóvenes
- Hacer misión desde la realidad, asumiendo el compromiso con nuestro entorno más cercano
- Evangelizar a los jóvenes para que puedan entrar en tierra prometida.
- Aceptar los problemas como prueba para fortalecer nuestra fe en el Señor.
- Los asesores deben tomar conciencia de que lo que significa ser misionero, desde el ejemplo y testimonio.
- Dar más formación a los jóvenes
- Reuniones con jóvenes bien preparadas, para que se consigan los objetivos propuestos.
SUGERENCIAS
- Programar la acción misionera en períodos de corta duración, con los jóvenes de los grupos
- Creer en los jóvenes y darles oportunidad de que desarrollen sus dones y los expresen en el servicio.
- Vivir el mes misionero con más conciencia del sentido que tiene.
- Dar tiempo para escuchar a Dios en la oración y en lo que nos dice en la realidad.
- Trabajar proyectos personales en cada joven
- Realizar acompañamiento y dar formación a las familias
- Romper las estructuras para que pueda haber más participación de las diferentes pastorales.
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